La intimidad de lo cotidiano otorga el "Ciudad de Burgos" a Rodríguez Moya
El poemario ‘Las cosas que se dicen en voz baja, de Daniel Rodríguez Moya (Granada, 1976), ha resultado el ganador del XXXIX Premio de Poesía ‘Ciudad de Burgos’ con la aprobación unánime
del jurado. Su presidente, Luis García Montero, destacó ayer durante la lectura del fallo que la del autor granadino es una «poesía de voluntad, comunicativa, que huye de la retórica, de un
lenguaje preconcebidamente poético, para tratarlo de una forma musical y rigurosa sin caer en excesos»; una obra que propone «acercamiento a la intimidad relacionada con la vida cotidiana. El
poeta pregunta sobre los grandes temas -el amor, el paso del tiempo, el miedo, las ilusiones- pero muy relacionado con la vida cotidiana y con una capacidad expresiva y de generar emociones que
demuestra que la poesía no tiene que ser artificial para conmover»; una poesía «de claridad y calidad, del conocimiento y de la meditación y de la fuerza creativa».
En el poemario ganador hay también, señaló García Montero, «una presencia de la vieja poesía social pero muy renovada, intentando demostrar que en el espacio de la poesía la preocupación
por la sociedad está ahí» y subrayó que está escrito «por alguien que tiene una mirada de viajero», en referencia a que contiene guiños a la cultura latinoamericana. A juicio del presidente del
jurado, dos poetas parecen más inspiradores que otros de este poemario: el asturiano Ángel González, de quien toma un verso para titular su obra, y la nicaragüense Claribel Alegría.
García Montero destacó el «alto nivel» de los 141 poemarios que han concurrido a esta edición y tuvo palabras de agradecimiento a DVD, la editorial que publicó el premio hasta el año pasado
en que tomó el testigo el sello Visor, «referente imprescindible en España de la poesía». Además de la publicación, el galardón está dotado con 7.200 euros. Tras el fallo se presentó Frecuencias,
de Jesús Jiménez, vencedor de la edición anterior.
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